Estilográficas...

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Bienvenido a Stylo Passion!

Si usted está explorando este sitio, seguramente se deberá a su gusto e interés por las plumas fuente o estilográficas, y por temas relacionados, como los bolígrafos y otros instrumentos de escritura, o la caligrafía.

Bienvenido entonces, a este sitio, donde trataré, poco a poco, de compartir mi afición por estos bellos y nobles instrumentos de escritura (modernos o antiguos) y mis experiencias y puntos de vista sobre ellos.

Espero que disfrute leyendo estos textos, y observando estas fotografías, y que este sitio amerite ser agendado entre sus favoritos, para regresar a visitarme, periódicamente.

Muchas gracias por su visita, y lo espero nuevamente!!

Muy Cordialmente,

Dr. D.

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domingo, 9 de septiembre de 2012

Cartas de un buen amigo...

     Pluma, tinta y papel, son sinónimo de comunicación.
Las cartas manuscritas nos han facilitado esta comunicación durante mucho tiempo.
Antes que aparecieran los modernos medios como Intenet y el E-Mail, una hoja de papel, un sobre, pluma y tinta, permitieron la maravillosa posibilidad de comunicarnos aún a grandes distancias.

      Hoy día, el correo electrónico parece venir a reemplazarlos, pero felizmente, todavía hay muchísimas personas que creen que nada puede sustituir a la tan agradable experiencia de escribir una carta con pluma fuente, y de recibir una carta por medio de un cartero, y aun más si fue manuscrita por su remitente.

     Decenas de cartas manuscritas, enviadas por correo tradicional, intercambiadas durante muchos años, antes de que llegara la oportunidad de un primer encuentro personal, originaron y cimentaron una amistad muy valorada.

     Hace pocas horas, he recibido una carta de este buen amigo, en relación con este Blogs: Stylo Passion y The Writing Man.

     Fue a raiz de el haberle anunciado la aparición de estos nuevos Blogs, invitándolo a visitarlos para conocerlos, y para solicitarle su opinión, sugerencias o críticas.

    Su respuesta no se hizo esperar, y como no podía ser de otra manera, fue con una carta manuscrita, como en los viejos tiempos, como lo hacíamos hasta hace unos pocos años atrás, y durante un largo período durante el cual disfrutamos del encanto de escribir cartas con pluma, y de recibirlas por medio del cartero.

    Cómo él bien me anuncia, yo le pedí una opinión, y me respodió con recuerdos. Hermosos recuerdos, que significan mucho más para mí, que una opinión. Fueron escritos con la mente, desempolvando y desgranando esas imágenes de la niñez y juventud que describe, mientras la mano que sostenía la pluma, era impulsada por su corazón. No podría haber recibido mejor respuesta, ni de mayor encanto que ésta.

    Muchas gracias amigo d. Jorge, por su bella carta, y por permitirme compartirla aqui con los visitantes de este Blog. Estoy seguro que todo aquel que me visite y las lea, disfrutará inmensamente de sus recuerdos y de su caligrafía.

En el día de hoy, 3 de Octubre, he recibido este hermoso "dibujito" de mi amigo Jorge, realizado con portapluma y tinta china, titulado "P´al amigo", y que tengo el gusto de compartir aquí con los lectores de mi Blog. Nuevamente, muchas gracias don Jorge!









Con posterioridad a esta carta de mi querido amigo d. Jorge, he recibido un hermosísimo comentario de otro querido amigo, el Dr. Roberto A., cuyo texto fue enviado por él, directamente a "comentarios".
Invito a los lectores de este Blog, a compartir esta vivencia haciendo click en "comentarios" para abrir el lugar donde podrá ser leido.
Muchas gracias mi estimado amigo Roberto!

2 comentarios:

  1. Estimado Abel

    Al entrar en tu elegante página me encuentro con un agradecido a la par que algo agobiante recuerdo acerca de la insistencia paterna en mejorar tu grafía. Y al parecer lo logró o lo lograste. Eso demostraría que tu creencia acerca de que la caligrafía es genética quizás carece de fundamento, pues debiste practicar las instrucciones paternas, seguramente, infinidad de veces. Debo aclarar que yo sí soy un ferviente creyente en la fuerza de los genes y también a menudo pensé que la buena letra como la capacidad para dibujar tenían un componente hereditario, como la calvicie, por ejemplo. No sé qué genes heredé, pero mi letra es poco menos que detestable, aunque dicho sea con tímida modestia, la creo suficientemente legible como para que en la farmacia no me maldigan al leer mis recetas.

    Yo también recuerdo, como vos, aquellas benditas e inolvidables clases del secundario. En mi caso, el encargado de la materia era, un profesor con un cuerpo fornido, enorme, que solo verlo provocaba un silencio absoluto entre los condiscípulos, extraña mezcla de temor y respeto. Creo que era, además un alto funcionario penitenciario, o así se rumoreaba, lo cual le daba, como agregado, cierta aura de peligrosa autoridad, al menos para nuestras mentes pigmeas.

    Apenas ingresaba al aula escribía en la pizarra unas cuantas letras o palabras con hermosos filigranas y nos pedía que las transcribiéramos en nuestros cuadernos especiales para caligrafía. A continuación de esta consigna, callaba para siempre y, con energía desmesurada, pasaba “La Prensa” sobre el escritorio, a modo de lamida de perro más que de plumero y limpiaba su superficie del polvo de tiza que otros profesores habían depositado descuidadamente en él. Odiaba manchar su impecable traje azul.

    Luego se sentaba frente al escritorio y el resto de la clase se lo veía absorbido leyendo el diario, casi sin levantar la mirada y en medio de un mutismo absoluto hasta que, exactamente dos minutos antes de que sonara el timbre, ponía fin a la lectura del diario y comenzaba a pasearse nerviosamente cerca de la puerta del aula, como dispuesto a fugarse de algún peligro desconocido. Y una vez producido el efecto sonoro, se colocaba a toda velocidad el diario bajo el brazo y nos decía “Hasta la próxima”. Casi no teníamos tiempo de responder el saludo cuando ya su figura se había esfumado por el pasillo de salida. Nunca se retiró un minuto antes ni un minuto después. Pero de vez en cuando nos revisaba los cuadernos y corregía con indiferencia nuestros errores. Es decir, nunca sabremos si aprendimos o no a embellecer nuestra letra.

    ¡Cómo me hubiera gustado tener a tu papá de profesor de caligrafía!

    Un fuerte abrazo y felicitaciones por la página.

    Roberto

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  2. Hola Roberto!
    Muchas gracias por compartir sus bellos recuerdos en relación con la caligrafía!

    Me resulta muy grata esta descripción de ese particular profesor de caligrafía, que me transportó en el tiempo y me permitió visualizarlo como si hubiese estado en la misma aula.

    Seguramente el encanto de las plumas fuente resida en esa facilidad que tienen de arrancarnos recuerdos y nostalgias.

    Muchas gracias nuevamente, por compartir estas vivencias y sus comentarios!

    Un muy afectuoso saludo, Abel.

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