A esta altura de mi vida, en que he cruzado la "línea" de los 60 años
de edad, he encontrado que el viajar es la actividad que mayores
satisfacciones y goce me ha proporcionado.
Conocer nuevos lugares, encontrarme con otras personas, recorrer
lugares que no había visitado antes, o regresar a otros que me han
gustado mucho, me brinda un placer sin igual, y me hace pensar que no
hay mejor dinero invertido, que aquel gastado en los viajes.
Claro que no hay viaje completo, si no se consigue regresar con algún
souvenir en las maletas, siendo la búsqueda y el encuentro de esos
souvenirs, parte del goce de un viaje fuera de nuestro propio pueblo o
ciudad.
Me sucede muchas veces, que esos objetos reunidos en los viajes, con
solo verlos, o tenerlos en las manos, me arrancan recuerdos del lugar
exacto, la tienda, la ciudad, o las circunstancias en que lo obtuve, con
lo cual lo disfruto doblemente.
Acabo de regresar hace unos pocos días,
de un corto viaje por Italia y Francia, realizado junto a mi esposa, y
combinando obligaciones laborales y de negocios, con algo de paseo.
Dado que entre los souvenirs obtenidos se encuentran algunas piezas
relacionadas con nuestra pasión compartida por plumas y tintas, me
permito relatarles mi reciente experiencia.
Nuestra primera escala fue el arribo a la ciudad de Milano, cerca del
mediodía, y después de casi 24 horas de viaje, dado que tuvimos que
hacer una escala para cambio de avión en Paris, y esperar el despegue de
este segundo avión para llegar a destino en Italia.
La llegada fue con toda la ilusión de encontrarnos con mi sobrina
Laura, residente en Milano, junto a su esposo Luigi, y pequeño hijito
Francesco, quienes nos esperaban en el aeropuerto.
Después de la emoción del encuentro, y los saludos de rigor, y pese al
cansancio y jet lag provocado por el larguísimo viaje, mi sobrino Luigi
me condujo en su automóvil al centro de Milano, primeramente a la
Boutique JLC, donde debía recoger un reloj que había adquirido yo hace unos meses.(esto lo relataré en el foro de relojes)
Terminado dicho trámite, Luigi me llevó a conocer la famosa tienda E.E. Ercolessi, una de las más tradicionales de la ciudad.
Ercolessi fue fundada en el año 1921, por Elvira y Edgardo Ercolessi
(de allí la doble letra "E" del nombre de la empresa) y se estableció
originalmente en una pequeña tienda de Corso Vittorio Emmanuelle II.
Pero hace algunos años, se mudaron a la actual tienda, localizada en el
25 de Corso Magenta, en un local de mucho mayor tamaño, donde el cliente
puede encontrarse con las más importantes marcas internacionales
(Montblanc, Pelikan, Rotring, Parker, Sheaffers, etc.) y por supuesto,
con todas las marcas italianas, junto a una amplia gama de accesorios
para escribir, tintas, etc.
Mi intención era no solo conocer el lugar, sino el poder adquirir una pluma con la marca Ercolessi.
Pero en este sentido, me llevé una gran desilusión: me informaron que
Ercolessi jamás tuvo una fábrica propia, sino que tenía una muy cercana
relación comercial con OMAS, quienes desde hacía muchas décadas les
produjo una línea especial de estilográficas, con la marca Ercolessi
estampada en ellas.
La última edición realizada por Omas, fue una pluma conmemorativa de
los 75 años de la empresa (que era justamente la que me hacía ilusión
comprar) en una edición especial limitada, que lamentablemente, se
encuentra agotada.
Galleria Vittorio Emmanuelle, tambien aloja una bella tienda de plumas y papeles.
Il Duomo di Milano:
Sorprendido ante el hecho que la tienda no mantuviese en la
actualidad, al menos una línea "normalita" de estilográficas con su
propia marca, me explicaron que Omas no puede actualmente atender sus
pedidos, pues su capacidad productiva se encuentra "a full" respondiendo
a la demanda de sus propias plumas, fundamentalmente para el mercado de
Oriente.
Realmente, me pareció que una tienda tan tradicional como ésta,
verdadera Meca de los aficionados a las plumas, y de tan larga
trayectoria, debería mantener una línea propia, aunque fuese necesario
contratarla en otra fábrica, de las muchas que producen en Europa.
Más allá de este detalle y desilusión sufrida, debo reconocer una
esmerada atención, por parte de una vendedora que habla español,
dispuesta a enseñar plumas, y permitir probarlas, mojando en el
tintero. También debo comentar la gran variedad de productos en venta en
el local.
De esta visita tan grata, a una tienda tan bien provista, no pude
retirarme sin llevarme una muy buena impresión y dos plumas de recuerdo:
una Aurora 88 de resina negra, carga a pistón y plumín M, y una edición
especial de Pelikan, recreando un modelo antiguo: la 101N, en color
verde y marrón marmolado.
Mi puntaje a esta tienda, es de 9 puntos (y no alcanzó el máximo de
10, por lo comentado sobre la pluma con marca propia) Muy recomendable.
Aurora 88
Al día siguiente, viernes, marchamos en automóvil hacia la Liguria,
para visitar Santa Margherita y Portofino, dos bellísimos lugares donde
permanecimos el fin de semana, disfrutando del sol y del mar y las
magnificas vistas de la región.
Si bien no hubo descubrimientos "plumíferos" en ambos lugares, durante
el viaje de ida, realizamos una breve parada en Génova, para recorrer
algunos puntos de interés, y un corto paseo por la zona céntrica.
En pleno centro de Génova, en la concurrida Avenida XX de Settiembre,
encontré una pequeña pero muy bien provista tienda, que ofrecía una
interesante variedad de marcas. Se trata de "Sanguineti, Casa della
Penna", establecida en la ciudad desde el año 1934. Con una excelente
atención y paciencia de la vendedora, que soportó mis preguntas y mis
pedidos de mostrarme esto y aquello, salí de la tienda con otro pequeño
muestrario de souvenirs, y mis bolsillos bastante más flacos:
Fue allí donde adquirí mi Pelikan 200 Demo, una Pelikan M150 verde y
negro, una Pelikan 400 de finas rayas rojas, una Aurora Talentum de
resina amarilla, una Kaweco demo roja, y una diminuta Stipula Pasporto
eye dropper, como también varios bolígrafos elegidos por mi esposa, para
su propio uso, y para realizar unos obsequios. Esta tienda pequeña, me
mereció 10 puntos.
Pelikan 150
Aurora Talentum Gialla
Plumas Pelikan 400 rayas rojas, y modelo conmemorativo 101N. Con estuches de cuero Markarius.
Pelikan 200 Demo:
Santa Margherita:
La bella Portofino!
Después de un hermoso e inolvidable fin de semana en la Liguria,
regresamos el día domingo a Milano, para aprovechar a pleno el día
lunes, último día de nuestra visita a dicha ciudad.
Así
fue que el día lunes, caminando por la zona céntrica cumpliendo
nuestros compromisos laborales, di con una tienda extraordinaria: La
Stilografica, ubicada en el 53 del Corso Buenos Aires. Baste decir, que
pasé unos 20 minutos contemplando sus asombrosas vitrinas, mirando cada
cosa, y tomando notas en mi pequeña Moleskine de bolsillo, para no
olvidar nada de lo que deseaba mirar en la mano una vez dentro del
local.
La Stilografica, una tienda a la que no pienso regresar. Pésima atención!
Kaweco Sport demo roja.
Stipula Pasporto:
Finalmente, me decidí a ingresar a la tienda, y llegó la parte
negativa de esta visita: la pésima atención recibida por parte del
vendedor que me recibió, haciendo parecer que me hacía un gran favor al
atenderme.
Para ejemplo, baste decir que después de consultarle por algunas
piezas que deseaba adquirí, me interesé por una estilográfica Cartier
Roadster, que deseaba comprar allí mismo. Diría que me la mostró con el
mismo interés en vendérmela como si le hubiese solicitado un lápiz de
madera.
No voy a relatar en detalle el mal trato recibido, y más aun cuando le
pregunté si me podían completar la documentación para poder realizar el
"de tax" en el aeropuerto. Fue tal la respuesta, que opté por retirarme
indignado y sin comprar nada, y prometiéndome no regresar al lugar. (Me
quedé sin la Cartier, que compraría posteriormente, en París).
En resumen: una tienda fantástica, por la enorme variedad de productos
ofrecidos, que por ese hecho merecería un puntaje de 10, pero que por
la pésima y antipática atención brindada, se quedará con un "1".
Si algún amigo del Foro decide visitarla, queda prevenido y le deseo que tenga mejor suerte que yo.
Finalizada mi visita a mis sobrinos, tomamos el avión que nos llevaría a París el día martes por la mañana.
Esta bella ciudad, a la que suelo llamarle, "la ciudad de mis amores",
un lugar al que jamás me cansaré de regresar y visitar, alberga a una
asombrosa cantidad de tiendas especializadas en instrumentos de
escritura, tanto modernos como vintage.
Oh la la Paris! El Louvre...
Vista panorámica de Paris, desde la Torre de Montparnasse:
Además de estas tiendas especializadas que menciono, debemos destacar
que algunos grandes almacenes como el BHV (Boutiques Hotel du Ville)
sobre la rue Rivoli, justo enfrente del Hotel du Ville, o bien las
conocidas tiendas Gallerie Laffayette, poseen un sector muy importante
destinado a plumas, papelería, accesorios, etc., que bien merecen ser
visitados.
Place Vendome, un rincón parisino donde residen las más exclusivas tiendas de lujo.
Necesito presentarla? La famosa Tour Eiffel, símbolo inequívoco de la Ciudad Luz.
Una de mis tiendas favoritas de Paris, es Point Plume, cercana a la
estación George V, en Champs Elysees, aunque en esta visita, no tuve
tiempo suficiente de llegarme hasta allí. Esta es una tienda para
aficionados exigentes, y con enorme variedad de marcas ofrecidas, por
personal muy conocedor.
No obstante, visité la hermosa tienda Elysees Stylos Marbeuf, en el
número 40 de la rue Marbeuf, a pocos pasos de su intersección con Avda.
Champs Elysees. Allí fui muy cordialmente atendido, y adquirí allí
mismo, mi deseada Cartier Roadster, con plumín M, después de permitir
probarla.
Cartier Roadster:
Posteriormente, una visita a la mencionada sección plumas de los almacenes BHV, conseguí algunas tintas, Herbin, e Iroshizuku.
Finalmente, en las cercanías
de mi Hotel del barrio de La Sorbonne (barrio Latino) encontré una
pequeña tienda a la que hice referencia en mi anterior post, sobre la
Magia y las Tintas.
Esta tienda llamada Stylo City, situada en el 55 del Bulevard St
Michel, está muy bien surtida, y lo más importante, es amablemente
atendida por su dueño, una persona muy conocedora, muy paciente para
responder preguntas y mostrar piezas, bien surtida de tintas.
Habla muy bien del vendedor, el cuidado que presta a las plumas una
vez que han sido probadas por el cliente, limpiándolas a conciencia,
como también el archivo de pruebas de escritura con diferentes tintas
que mantiene en forma personal. Una persona muy puntillosa, a pesar de
lo cual, ha confundido el empaque de una de sus tintas, según lo he
relatado separadamente, y para mi mayor alegría al descubrir el error.
Como souvenirs de este viaje, se han venido de regreso a casa, las
plumas que he mencionado, una buena provisión de tintas, algunas
obsequiadas con las plumas compradas, y algunos estuches de cuero para
mis plumas, un accesorio que siempre busco en distintos lugares, y que
nunca sobran tener a mano.
De regreso al hogar, quedan los recuerdos en las retinas, en la mente y
en el corazón, y nuestros souvenirs como objetos que nos gratifican y
nos invitan a soñar con un próximo viaje.
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