(Por favor: leer estas primeras líneas escuchando música de bolero de fondo... )
Tuuu eres la culpable
de toodos mis desvelos...
de todas mis pasioooones!...
Efectivamente, este bolero sirve de marco para presentarles a la culpable de mi afición plumífera. Se trata de mi primera pluma de colección, una Tintenkuli alemana y vintage, la que encendiera en mí una pasión, y una afición por coleccionar estilográficas.
Antes de presentarla, debo hacer una pequeña introducción.
Durante mis días en la escuela primaria, allá por los lejanos años de mitad a finales de los años 1950, no se nos permitía escribir con estilográfica, y los únicos instrumentos de escritura eran la pluma de acero de mojar en tintero, o el lápiz.
Ciertamente, algunos de nosotros llegamos a tener una estilográfica, hacia los últimos años de escuela primaria, pero eran reservadas para uso "privado", pues ni podíamos emplearla en clase, ni en nuestra tarea del hogar.
Pero lógicamente, eran nuestro orgullo, y la llevábamos al colegio, para mostrar a los compañeros. La mía era una Parker 21, que lamentablemente no ha sobrevivido a aquellos tiempos de clases.
Algunos pocos niños (muy, muy pocos por cierto) muy privilegiados, poseían una pluma que era todo un símbolo de distinción para la época: la codiciada Tintenkuli, de origen alemán.
La imagen de esa pluma tan deseada, que nunca había podido tener, había quedado almacenada en algún rincón de mi mente... o de mi corazón.
Así pasaron los años, y siempre afecto a escribir con pluma, se fueron acumulando en casa, una buena cantidad de estilográficas, bolígrafos y rolling balls, prefiriendo siempre la pluma fuente, por sobre las demás, y acompañándome en mis estudios universitarios, y en mi trabajo en un estudio contable.
Estas piezas no habían sido compradas con la intención de formar una colección de plumas -de hecho nunca había considerado la posibilidad de coleccionarlas, a pesar de lo mucho que me gustaban- sino como consecuencia de una continua búsqueda de una que escribiera mejor, más suavemente.
Aproximadamente, hacia el año 1994, mientras realizaba un trámite en una zona céntrica de mi ciudad, pasé casualmente por una tienda de plumas, y como no podía ser de otra manera, me detuve a dar una miradilla a su vidriera.
Allí, entre muchísimas plumas modernas y vintage, divisé una cuya silueta reconocí inmediatamente. Sí, era una Tintenkuli idéntica a aquellas que yo había visto en mi niñez.
Entré a la tienda, y pedí verla. Y mientras la examinaba con cuidado, y escuchaba al vendedor alabarla y pasando a contarme que se trataba de una pluma en estado NOS, y me detallaba sus virtudes, comenzaron a galopar por mi cabeza, aquellos recuerdos de mi niñez, de mi escuela, de aquellos compañeros a quienes envidiábamos sus Tintenkuli y de cuánto deseaba yo tener una de ellas.
Era sin duda alguna, una "asignatura pendiente".
No era necesario que el vendedor se esmerara en sus alabanzas.
No dudé un instante en comprar la lapicera, y me la llevé a casa, poniéndola en uso inmediatamente. Escribir con aquella vieja pluma, me produjo una enorme satisfacción, y si bien su empleo distaba bastante del comportamiento de mis queridas "75" y "Duofold Centennial", sentía que por fin, había cerrado un círculo con su compra.
Quiso la casualidad, (¿habrá sido casualidad o El Destino?) que unas semanas más tarde, curioseando los estantes de una librería, descubriera un ejemplar del libro de Andreas Labrou, "Fountain Pens of the World". Recorrer rápidamente las páginas en la librería, me llevó a comprarlo.
En los días siguientes a su compra, "devoré" el libro, descubriendo el apasionante mundo de las plumas vintage. Quedé particularmente impresionado por las antecesoras de una de mis plumas favoritas de entonces: mi Duofold Centennial.
Ya tenía yo mi codiciada Tintenkuli. Ahora me propuse hallar una pluma Duofold naranja, similar a las que aparecían en las páginas de aquel libro, que me abrió los ojos a un nuevo mundo. ¡Había descubierto una nueva pasión!
Aquí, está entonces, mi Tintenkuli, que estimo habrá sido fabricada por los años 1960 por una empresa que con el paso del tiempo, cambiaría su nombre y se haría muy famosa.
Como puede verse, todas las Tintenkuli llevaban un distintivo aro rojo en su parte posterior, justo antes de la terminación desatornillable, que oculta el botón de carga de su sistema de émbolo.
Sobre dicho círculo rojo, aparece el nombre "Tintenkuli".
En idioma alemán: rot = rojo, y ring = anillo. El nuevo nombre elegido por el fabricante para el nombre de su empresa, fue Rotring. ¿Lo conoceis?
Tintenkuli, procede de "Tinten" (tinta) y "Kuli" que era el nombre popular (y algo despectivo y discriminatorio, por cierto) con que en los años 1920/1930 se conocía a los trabajadores chinos reclutados para diversas obras y trabajos pesados en Alemania. Por uso popular, "kuli" pasó a ser usado como "trabajador". Con ese nombre-marca, se quiso significar que era una pluma de trabajo, confiable y robusta.
La empresa "Tintenkuli Handels GmbH" fue fundada en 1928 por Wilhelm Riepe, en Hamburgo, organizando una fábrica para producir un instrumento de escritura denominado por entonces "stylograph", que nació y compitió en forma contemporánea con las plumas fuentes convencionales desde principios del S XX.
En 1950/53, el señor Riepe patentó el nombre "Rotring", y fue hacia 1970, que su empresa cambió su nombre adoptando el de "Rotring-Werke Riepe KG".
La Tintenkuli fue fabricada bajo licencia en los EE.UU., por la empresa Koh-I-Noor, productora de lápices y otros instrumentos de escritura. Las plumas norteamericanas, fueron bautizadas "Rapidograph", y curiosamente, llevan la inscripción "Made in Germany" a pesar de ser americanas.
También existe el rumor de que algunas partes o el ensamblaje de ciertas plumas Tintenkuli, fueron realizadas en Argentina, aunque no conozco los detalles de esta "conexión latina", excepto que eran instrumentos muy populares en Argentina, en los 1950 y 1960´s.
Las plumas Tintenkuli dejaron de fabricarse en los años 1970´s, pero Rotring continuó utilizando el sistema "stylograph" con gran exito, comercializando su famosa línea de instrumentos de dibujo técnico, para arquitectos e ingenieros, que desplazaron a los sistemas convencionales para realizar planos.
Fue recién en los años 1990´s, con la aparición de la PC, y los modernos sistemas de diseño y planos por computadora, que se marcó el final de la popularidad de los estilógrafos Rotring, de tan difundido uso profesional, y excelente rendimiento.
Las Tintenkuli, son "stylographs" (de donde proviene la palabra en español "estilográfica") y difiere de las plumas fuente convencionales, en que no emplean un plumín metálico convencional, sino un sistema en que un delgado tubito hueco descarga la tinta del reservorio, sobre el papel. El tubito, posee en su interior de su orificio, un diminuto y delgado alambre, con un contrapeso del lado interno. Este alambre, actúa como "válvula", regulando el paso de la tinta, y cortándolo, si la pluma se coloca vertical, con la punta hacia arriba.
El sistema permite un fluir de tinta bastante generoso, y de líneas cuyo espesor depende del de su tubito. Es ideal para dibujo, líneas, dibujo técnico, etc..
Para escribir, tiene la desventaja de no poder obtener el delicioso sombreado típico de los trazos descendentes, que produce una pluma convencional.
Además, yo encuentro que este tipo de plumas requiere una posición más vertical del instrumento, en la mano del usuario, que el ángulo con que podemos usar al escribir con una pluma tradicional.
Ciertamente, prefiero escribir con una pluma tradicional, pero en este caso, lo de la Tintenkuli tiene para mí algo más de nostalgia y recuerdos, y de cumplir con un deseo no realizado de la niñez, que algo práctico y de uso cotidiano, a pesar de lo cual, la pongo en uso, de vez en cuando.
El sistema de carga, es como se dijo, de pistón, accionando un pequeño tornillo ubicado en el extremo del cuerpo, al que se accede quitando una tapa a rosca, disimulada después del anillo rojo. Poseen una ventana de visualización del nivel de tinta, y algunos ejemplares son de tipo "demonstrator" en donde el cuerpo es transparente y permite ver el mecanismo de émbolo y depósito de tinta.
Con el correr de los años transcurridos desde aquel año 1994, en que hallé mi primera "Kuli", he tenido la suerte de encontrar algunas otras Tintenkuli, que fui agregando a mi colección, incluyendo el maravilloso ejemplar que muestro en este post, equipado con un capuchón metálico, y con su caja, y su folleto de instrucciones originales, y completamente sin uso.
Los capuchones son de plástico negro, o de acero.
También hallé una "Rapidograph" americana, y algunas alemanas, con capuchón de acero, en lugar del tradicional de plástico.
Como puede observarse, el diseño es bien alemán, y nos recuerda un poco a las Montblanc. Obsérvese también que el extremo de algunos ejemplares, son transparentes, detalle que aparece en las últimas series de esta lapicera.
Me quedan pendientes, para completar la colección, hallar algún ejemplar de colores, ya que además de la negra, que es la más fácil de hallar hoy día, en su tiempo se la fabricó en una diversidad de colores. El coleccionismo siempre nos ofrece nuevos campos y nuevas ilusiones!!
En esta foto, la coleccion actual completa, donde se ve a "La Culpable del Bolero" en el centro, la de punta negra.
Espero que esta presentación haya sido de vuestro interés, y os gusten estas plumas, y por mi parte, me he tenido mucho gusto en presentarles a aquella primera "culpable".
(Ahhh! Sí, de mi comentario sobre las Duofold... efectivamente, la color naranja vintage cayó en mis redes algún tiempo después... pero esa... esa es otra historia!)
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