¿Cómo fuí capaz de tenerla abandonada tanto tiempo? Este es un viejo amor, y ponerla a escribir nuevamente, fue reavivar ese sentimiento.
Esta Conklin fue fabricada hacia los años 1930´s, épocas de oro de las estilográficas. Su plumín es algo que hay que ver y sentir mientras se escribe con ella, para poder apreciarla verdaderamente. Tan flexible, que parece un pincel!
Permite esos trazos que tanto disfrutamos quienes gustamos escribir con viejas plumas, con esos trazos finos ascendentes, y gruesos y cargados de tinta en los descendentes, y el grosor respondiendo a la sutil presión que efectuamos con la mano, mientras deslizamos la pluma sobre el papel.
Para ponerla en uso, la cargué de un viejo tintero que tenía a mano, de Waterman Florida Blue, que es un azul muy rico, bien azul.
Bueno, aqui, está la pluma y una pequeña muestra de cómo escribe. Imagino cómo habría de portarse esta vieja pluma, en manos de un calígrafo experto, y me ilusiono viendo un trabajo caligráfico de gran altura.
Qué placer! Amo esta estilográfica, y es un placer compartirla aquí!!
Nota: Algunos lectores, me han consultado sobre el curioso color que posee actualmente el plumín, el cual puede verse en las fotografías.
La pluma es de oro, y originalmente tiene el color amarillo de dicho metal.
Seguramente por causa de algunos restos de tinta, oxidandose sobre el oro (y a pesar de haberla lavado antes de guardarla, como hago siempre con mis plumas) mientras estuvo guardada durante varios años, produjo esta coloración azul-violáceo tornasol, muy curiosa y bonita, casi como un pavonado.
Estoy seguro que con facilidad puedo restaurar el color oro amarillo original, puliendo suavemente el plumín con una pasta que uso habitualmente para metales (Simichrome, de origen alemán)
pero hasta el momento, no me he decidido a hacerlo, disfrutando del aspecto que tiene actualmente. Ya veré qué decido en el futuro.
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