Muchas pueden ser las causas por las cuales esos ejemplares sobrevivieron tanto tiempo sin ser entintadas, y cuando aparecen, dudamos si ponerlas en uso o no.
En este caso, no pude resistirme, y la comencé a usar a diario, a pesar de ser de punto fino, un grosor que raramente utilizo, pero que me resulta muy conveniente para realizar anotaciones en registros contables, que requieren caligrafía y especialmente cifras muy pequeñas.
Dedico estas fotos, a mi estimado amigo y colega Iosepus, un profundo conocedor del mundo de las estilográficas japonesas, quien tantas cosas me ha enseñado a traves de su excelente Blog (Crónicas Estilográficas), y sus participaciones en los Foros especializados, con su habitual generosidad con que comparte su experiencia y conocimientos.
He aqui algunas fotos de la pluma, y del estuche y papeles con que llegó a mis manos, incluyendo un pack de cartuchos, que no he abierto, puesto que prefiero el uso de un convertidor con que vino provisto, y un tintero de mi tinta favorita. (Estoy empleando Iroshizuku shin-ryoku).
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